Todo empezó bien: me dieron mi primera tarjeta de crédito y me sentí poderoso.
"Ahora sí, dinero extra, libertad, adultez. Ya soy financiero, papá."
Pero nadie me explicó que ese dinero no era mío. Y lo descubrí justo cuando llegó el primer estado de cuenta. Ahí empezó mi reality check.
🤦🏼♂️ El error de muchos primerizos
Cuando recibes tu tarjeta, es fácil pensar que es como una extensión de tu sueldo o un bono mágico. Vas y:
- Pagas comida, salidas, antojos.
- Te emocionas con compras que "puedes pagar luego".
- No revisas fechas ni porcentajes ni nada.
Y todo parece ir bien... hasta que te llega el estado de cuenta y ni te acuerdas de todo lo que gastaste.
🚫 No era dinero gratis, era deuda
La realidad es simple:
- Cada compra que haces con la tarjeta es dinero prestado.
- Si no pagas a tiempo, te cobran intereses altos.
- Si te pasas de la línea de crédito o pagas solo el mínimo, te metes en problemas rápido.
Y lo peor: tu historial se ve afectado, aunque no lo sepas.
✅ Lo que aprendí (y ojalá me lo hubieran dicho antes)
- No uses la tarjeta si no sabes cómo funciona.
- Conoce tu fecha de corte y fecha de pago.
- Evita gastar más de lo que puedes pagar ese mes.
- Revisa tu estado de cuenta cada mes.
- No es dinero gratis, es una herramienta que debes controlar.
Conclusión
Tener tarjeta no es malo. El problema es usarla sin saber. Aprender de los errores financieros es parte del camino.
No te sientas mal si ya te pasó. Mejor aprende, mejora y compártelo para que no le pase a otro.
👉 Síguenos en MercadoPeso para más historias reales que sí te enseñan algo.