¿Te has tomado una selfie con tu tarjeta de crédito nueva? ¿O quizás has presumido tu estado de cuenta después de recibir el aguinaldo? ¡Cuidado! Lo que parece inofensivo podría costarte más que un simple susto.
En México, el robo de identidad aumentó un 84% el último año y se proyectan pérdidas de más de 17,400 millones de pesos por fraudes para 2025, según datos de la

1. Los rateros digitales están al acecho
Con apenas unos datos, los ciberdelincuentes pueden hacerse pasar por ti y vaciar tus cuentas. ¿Creías que por tapar algunos números de tu tarjeta estabas a salvo? ¡Error! Con herramientas digitales avanzadas pueden reconstruir la información faltante en cuestión de minutos. Imagina esto: publicas la foto de tu nueva tarjeta platino tapando solo los últimos 8 dígitos. Para un hacker experimentado, es como dejarle la puerta de tu casa entreabierta con un letrero que dice "pasa, pero limpia tus zapatos".
2. Te vuelves blanco fácil para estafas personalizadas
Cuando compartes datos financieros, le das a los estafadores la información que necesitan para crear fraudes convincentes. Si publicas sobre tu banco, no te sorprenda recibir un mensaje "oficial" pidiendo actualizar tus datos.
"Las redes sociales son la mina de oro para los estafadores que buscan víctimas para sus fraudes de phishing" - CONDUSEF Es como si gritaras en medio de una fiesta: "¡Acabo de recibir mi tarjeta del Banco XYZ y tengo 50 mil pesos disponibles!". Adivina quién te va a llamar al día siguiente haciéndose pasar por "ejecutivo premium".
3. Tu privacidad se esfuma
Una vez que publicas algo en redes sociales, pierdes control sobre quién lo ve o cómo se usa. Incluso con configuraciones de privacidad, tus datos pueden filtrarse fácilmente a través de capturas de pantalla o perfiles hackeados. Con más de 5,000 millones de usuarios activos en redes sociales (el 62.6% de la población mundial), es prácticamente imposible saber quién está viendo realmente tu información.
4. Tu reputación digital puede mancharse
Si un delincuente comete fraudes usando tu identidad, podría generar desconfianza entre tus familiares, amigos o hasta afectar tu relación con instituciones financieras. Limpiar tu nombre después puede ser un verdadero dolor de cabeza. Es como un chicle en el zapato: pegajoso, molesto y difícil de quitar. ¿Realmente vale la pena el riesgo solo por presumir tu nueva tarjeta o tu quincena?
Información que NUNCA debes compartir en redes
- Fotos de tus tarjetas de crédito (ni siquiera tapando números)
- Capturas de pantalla de tus apps bancarias o movimientos
- Mensajes con contraseñas o PIN, aunque sea de broma
- Datos sensibles como CURP, RFC o número de seguridad social
- Estados de cuenta o saldos (ni para presumir tu quincena, compa)
1. Usa contraseñas chingonas
Crea contraseñas difíciles de adivinar y cámbialas periódicamente. Evita usar la misma para todas tus cuentas (y no, tu fecha de nacimiento o "123456" no son opciones seguras). Una buena contraseña es como un buen taco: debe tener varios ingredientes (letras, números y caracteres especiales) y ser lo suficientemente sustanciosa para satisfacer los requisitos de seguridad. ¡Y nunca compartas la receta!
Conclusión
La regla de oro es simple: si no lo dirías en voz alta en el metro, no lo publiques en internet. Tus finanzas son personales y deben quedarse así. Recuerda que en el mundo digital, la información es poder. No le des ese poder a quien podría usarlo en tu contra. Como advierte la PROFECO, con el aumento de estafas vinculadas al uso de inteligencia artificial por ciberdelincuentes, nunca ha sido más importante proteger tus datos financieros. ¿Y tú, has encontrado alguna vez contenido sospechoso relacionado con tus finanzas en redes sociales? Cuéntanos tu experiencia y comparte estos consejos con tus seres queridos. La mejor protección es la prevención.